En la naturaleza crecen muchísimas especies de forma conjunta, organizándose la vida en ecosistemas cada vez más complejos y dinámicos. La alta diversidad de un agroecosistema nos garantiza fertilidad física, química y biológica del suelo y sanidad de todas las especies que se quiere cultivar, esto a través del incremento de las poblaciones de insectos benéficos para el control de plagas. A nivel de suelo, el aumento de la diversidad biológica permite la captura de nitrógeno atmosférico y el control de patógenos que afectan a los cultivos. Además, estos sistemas aseguran la constante captura de carbono y el reciclaje de residuos vegetales.
Bajo este concepto, el Centro Ceres, comenzó a gestar desde el año 2015 una unidad demostrativa y de investigación colaborativa transdisciplinaria en un terreno de 2,2 hectáreas (22.000 m2) donde se producirán frutas, hortalizas y productos pecuarios, en asociación con bandas florales, se proyecta un espacio que represente la situación de flora nativa de la región, incrementando la máxima diversidad genética de las plantas que se cultivan y a su vez la diversidad biológica mediante el reciclaje de materia orgánica producida en la unidad y enriquecida con estiércol de animales que habitarán en el sitio.
El sistema productivo no considera el uso de pesticidas lo que permitirá generar un modelo alternativo de producción frente a la agricultura convencional actual con alta demanda de insumos, agua y energía. En el sistema se establecerán además 3 regímenes hídricos que permitirán estudiar el comportamiento y la eficiencia productiva de diferentes especies frente a la escasez de agua que enfrenta nuestra región con el cambio climático.
Cabe destacar que la unidad agroecológica se diseñó con principios de diseño y ordenamiento predial considerando modelos de agricultura orgánica, biodinámica y permaculturales.
Como actividades relevantes en su implementación, el año pasado, el Programa de Paisaje, territorio y desarrollo rural trabajó en la topografía y diseño de las terrazas, mientras el Programa de Restauración Biológica de Suelos comenzó con el mejoramiento del suelo en base a modelos de ecosistemas naturales sembrando praderas con una alta diversidad de especies con el objetivo de maximizar la captura de carbono e integrar una cubierta vegetal diversa al suelo y cosechar una alta cantidad de biomasa para luego incorporarla al suelo.
La implementación se dio iniciada con la construcción del tranque de acumulación, con una autonomía para seis días, el cual se adecua al diseño de los sistemas de riego que corresponden a cada unidad de producción,
Actualmente, la unidad está en proceso de crecimiento en el cual se integrarán sectores de diversas especies vegetales entre las que destacan árboles nativos, frutales de hoja persistente y de hoja caduca, hortalizas, praderas para ganadería además de flores y plantas medicinales.
La unidad se irá complementando los siguientes 5 años, desarrollando investigación que valide el modelo productivo y desarrollando indicadores de sustentabilidad integral para la agricultura, que permitan el seguimiento del sistema largo plazo. Se pretende que la unidad sea un polo de atracción para el intercambio de conocimiento, la difusión y el aprendizaje participativo de agricultores, estudiantes e investigadores.