Productores de chirimoyo de la provincia de Quillota y Marga Marga participaron en el taller de transferencia ‘Polinización natural en chirimoyo: avances en la identificación de insectos polinizadores, praderas diversas y arquitectura de la planta’. La iniciativa entregó un avance de los resultados obtenidos en el estudio de sistemas productivos del fruto, desarrollados durante los dos últimos años.
En el marco del proyecto ‘Desarrollo de un paquete tecnológico basado en la polinización natural, para revitalizar el cultivo del chirimoyo’, centro Ceres llevó a cabo un encuentro orientado a agricultores del fruto, con el fin de compartir experiencias y disminuir los costos de producción. Además de, en el caso de los nuevos emprendimientos, entregar herramientas técnicas para la implementación de sistemas productivos agroecológicos.
Para el director del proyecto, Eduardo Gratacós, el escenario actual del chirimoyo debe avanzar hacia la implementación de una estrategia sostenible de producción. Una medida que enfrente la disminución de la superficie del cultivo, mediante la valoración de sus características. “Esta es una estrategia territorial, es una alternativa para hacer desarrollo con identidad”, puntualizó.
Luego, se introdujo a los asistentes en la mantención de un sistema de renovación de la madera frutal con diversas técnicas de poda, cuya conducción conserve la arquitectura natural del chirimoyo. Lo anterior, con el objetivo de favorecer la polinización natural mediante insectos, la construcción de praderas diversas y proliferar su relación con la entomofauna.
“Con las observaciones realizadas por el equipo fuera del país, pudimos conocer cómo se comportaba y fructificaba la planta. De esta manera, canalizamos la búsqueda hacia un modelo de producción de bajo costo, mediante el desarrollo de un sistema de conducción basado en la arquitectura natural del chirimoyo”, expresó Sophia Tobar, ingeniera agrónoma.
La jornada finalizó con un trabajo grupal que identificó los principales desafíos y oportunidades para el establecimiento de sistemas productivos sostenibles. En dicha tarea, los asistentes coincidieron en la importancia de obtener el reconocimiento del chirimoyo, a través de un sello de origen que aumente su visibilidad y comercialización.
